Hace bastante tiempo los vidrios se consideraban como elementos bastante frágiles. Bastaba un pequeño golpe para que el material se resquebrajara o se rompiera en mil pedazos. Sin embargo, muchas cosas han cambiado desde entonces gracias a los avances en ciencia y tecnología. Hasta el punto de que en la actualidad existen vidrios de seguridad y se han establecido como una de las opciones más fiables por las que se pueden recurrir.
Porque existen muchos tipos de cristales diferentes hoy en día. De hecho, aquí puedes ver cómo son las ventanas de seguridad. Así que hoy vamos a profundizar sobre este tipo de vidrio para que sepáis los aspectos más importantes sobre ellos. Desde los tipos que existen, hasta cuáles son los principales usos que se les pueden dar.
¿Qué es un vidrio de seguridad?
Lo primero que debemos aclarar antes de nada es qué es un vidrio de seguridad. Se trata de un tipo de vidrio que, gracias a diversos procesos a los que se le somete, ofrece unas grandes cualidades de seguridad. ¿Esto qué significa? Pues, principalmente, que no representan peligro de corte en caso de rotura.
Se les llama vidrios de seguridad porque en caso de rotura no representan ningún peligro para las personas
Esto sucede así debido a que ha sido tratado para disminuir los riesgos en caso de accidente. Porque lo cierto es que si un vidrio normal se rompe, es bastante peligroso para quienes se encuentran a su alrededor. Los que no son de seguridad se pueden fragmentar en trozos muy pequeños o quedar en filos muy cortantes. Algo que no sucede con los vidrios de seguridad.
Tipos de vidrio de seguridad
Aclarado qué es un vidrio de seguridad, también es importante explicar que existen diferentes tipos de este material. En este sentido, los más extendidos son el vidrio laminado y el templado. Dos opciones muy seguras pero que cuentan con características diferentes.
Laminado
En este caso, como su nombre hace referencia, se tratan de dos o más láminas de vidrio unidas con un butiral de polivinilo entre cada una de las láminas. Este proceso se realiza después de terminar los procesos de fabricación normales de cada lámina. Entre sus principales cualidades podemos destacar que se trata de un gran aislante térmico y que también ayuda a reducir el ruido del exterior.
En cuanto a su comportamiento, a la hora de recibir un impacto no se fragmenta y queda unificado en una única pieza gracias al polivinilo. De este modo, se acaba con el riesgo de cortes y se impide que el cristal se deshaga en mil pedazos. Suele utilizarse en zonas de alto tráfico y exteriores, así como hogares y negocios.
Templado
Por otro lado está el vidrio templado, que es diferente al laminado aunque igualmente seguro. Aquí, una vez se ha fabricado un vidrio, se le somete a un proceso de templado. Esto tiene que ver con someterlo a un brusco enfriamiento una vez alcance su mayor temperatura durante la cocción. Esto hará que se temple tanto en su superficie como en los cantos. En este caso sí que se fragmenta en trozos al romperse. Sin embargo, estos son tan pequeños que no representan ningún riesgo.
El templado otorga al vidrio más fuerza y resistencia, quintuplicando las de un vidrio normal. Suele utilizarse en múltiples espacios: mobiliario, como muro, para cubiertas, como elemento de protección… Y entre sus ventajas, además de su elevada resistencia, ofrece una mayor flexión con respecto al vidrio normal.