Como cristalería online siempre nos gusta estar al tanto de todas las novedades que surgen alrededor del mundo del vidrio. Todo para poder brindaros las mejores recomendaciones y los productos de mayor calidad. Pero no siempre centramos la mirada en el presente y el futuro, en ocasiones también nos gusta hablar de técnicas que se emplean desde hace siglos y que, todavía a día de hoy, resultan increíbles.
Es por ello que, al igual que hace unos días os ofrecimos consejos para recuperar el brillo de los cristales, hoy hablaremos de un tipo de vidrio concreto: el vidrio soplado. Se trata de una técnica 100% artesanal que permite crear diseños completamente únicos. Así que vamos a repasar cuáles son sus orígenes y cómo se producen paso a paso los cristales de este tipo.
Los orígenes del vidrio soplado
Para comenzar, antes de entrar en su proceso de fabricación, es preciso ahondar un poco en su historia. La aparición de esta técnica data de tiempos muy antiguos y tenía como objetivo crear artículos de bisutería. Para ello agregaban minerales de diferentes colores a los cristales durante el proceso de fundido. Así podían conseguir productos de diferentes tamaños, colores y formas muy llamativas.
Las primeras piezas de vidrio soplado que se han encontrado hasta la fecha son del siglo I antes de Cristo y se descubrieron en Siria
En cuanto al origen exacto de esta técnica lo cierto es que, a diferencia de otras, no se conoce el momento concreto en el que empezó a utilizarse. Sin embargo, sí que hay vidrios fabricados de esta manera que podrían ayudarnos a determinar el momento en el que esta técnica comenzó a popularizarse. Se han encontrado vidrios provenientes de la técnica del soplado datados en el siglo I antes de Cristo en la zona de Siria. Después de esa época se expandiría por todo el Mediterráneo y gracias al Imperio Romano llegaría a prácticamente todos los rincones del mundo.
¿Cuáles son sus fases de producción?
Una vez hemos explicado sus orígenes, llega el momento de conocer cómo se fabrica este tipo de vidrio. Básicamente consiste en soplar en vidrio candente para crear burbujas en su interior e ir dándole forma. Este proceso solía realizarse de manera 100% artesanal, aunque a día de hoy hay máquinas que también utilizan este modo de fabricación de vidrio. En líneas generales podríamos resumirlo todo en cuatro fases.
Horneado
La primera fase consiste en introducir el vidrio en un horno a muy alta temperatura. Con el vidrio lo suficientemente caliente, se procede a introducir un tubo metálico por uno de sus extremos en él. Con el vidrio ya pegado al tubo es el momento de atemperarlo hasta alcanzar una temperatura óptima para el trabajo, algo que se consigue haciéndolo rodar.
Soplado
Tras realizar la primera fase y tener el vidrio a una temperatura óptima, llega el momento de comenzar a soplar, que es lo que da nombre a la técnica. De este modo es posible llenar de aire el vidrio fundido, lo que facilitará el moldeado posterior. La parte del soplado es la más importante para conseguir la forma adecuada para el artículo que se desee crear.
Dar forma
Una vez completados los primeros pasos, el artesano se valdrá de diferentes herramientas para terminar de dar forma al vidrio soplado. Algunas como tijeras, pinzas y tenazas que resultan perfectas para terminar de moldear el cristal. Normalmente se suele recalentar el vidrio para poder seguir dándole forma.
Atemperar
La última fase es la del atemperado. Una vez terminado el proceso anterior, se introduce la pieza creada en el horno, lo que brinda de mayor dureza al cristal y evitará que se rompa o aparezcan desperfectos por un enfriamiento repentino.