Si crees que ha llegado el momento de cambiar la cortina del baño por una mampara de vidrio, te interesará conocer los distintos materiales más utilizados para saber cuál de ellos es el más adecuado para cumplir con tus necesidades.
Elegir entre el vidrio templado o acrílico, es una de las decisiones más difíciles a la hora de comprar una mampara, especialmente porque la diferencia de precio es importante.
No obstante, debemos tener en cuenta que esta diferencia de precio está fundamentada en la calidad que ofrecen ambos materiales.
Las mamparas acrílicas son aquellas que no están hechas de cristal, sino metacrilato u otro tipo de material plasticoso que trata de simular al cristal al ser traslúcido. En cambio, las mamparas de vidrio templado están fabricadas con un cristal que ha soportado un proceso industrial complejo para hacerlo mucho más resistente al uso y el paso del tiempo.
Resistencia y durabilidad
Como decíamos, las mamparas de vidrio suelen ser más caras, pero también aportan mayor calidad, durabilidad y robustez. Además, el vidrio templado es mucho más resistente que el normal, y resulta muy complicado de romper. No obstante, si se diera el caso, el vidrio está diseñado para que en caso de romperse se cuarté en trozos con bordes redondeados que no suponen peligro para los usuarios.
Dependiendo de la perfilería el vidrio puede ser de hasta 10 mm de grosor.
La calidad del material permite a las mamparas de vidrio ser mucho más duraderas que las mamparas acrílicas. Por tanto, aunque estas últimas sean más baratas, pueden salirnos caras al tener que cambiarlas a los pocos años. Si nuestro presupuesto es más ajustado podemos colocar una mampara de vidrio en aquellos baños, duchas o bañeras que vayan a utilizarse con más frecuencia y optar por el acrílico para las que le vayamos a dar menos uso, o en aquellas viviendas que pensemos alquilar.
Diseño
Las mamparas de vidrio ofrecen una belleza y distinción que no encontramos en las acrílicas, aunque estas estén cada vez más conseguidas. Las mamparas de vidrio ayudan a aumentar la luminosidad y amplitud de los baños, una característica especialmente útil en baños pequeños con poca luz.
Además, existen multitud de acabados para mamparas de duchas, tanto en el caso de las de vidrio como de las acrílicas. Por ejemplo, podemos elegir entre cristal transparente o cristal serigrafiado, que aporta un plus de intimidad al dejar algunas partes opacas (o la totalidad de la mampara si así lo decidimos).
Limpieza
Algunos diseños de mamparas acrílicas pueden disimular mejor los restos de jabón y agua, por ejemplo, aquellas que simulan las gotas de agua. No obstante, también se limpian peor, dado que la superficie no es tan lisa como la que ofrece el vidrio.
Por otra parte, el plástico se estropea más fácilmente con productos de limpieza y tiende a perder transparencia y brillo con el paso del tiempo y con el uso.
En cambio, aunque las mamparas de vidrio se tengan que limpiar más a menudo para lucir siempre radiante, cada vez más vidrios vienen acompañados por un tratamiento antical que evita la acumulación de cal y hacen más sencilla su limpieza.