En anteriores ocasiones hemos utilizado nuestro blog para hablar sobre los diferentes tipos de vidrio que existen y sus principales características. Sin ir más lejos, es algo que hicimos hace algunas semanas con la fibra de vidrio o el vidrio soplado. Pero en esta ocasión no vamos a hablar de un tipo de vidrio en concreto, sino que lo que vamos a hacer será explicar las principales características y diferencias de dos: el vidrio templado y el vidrio laminado.
Estos tipos de vidrio son muy utilizados en la actualidad. Sin embargo, sois muchos los que nos habéis preguntado en más de una ocasión por las diferencias que existen entre ellos. Y para hacerlo todo de la manera más fácil posible, hoy vamos a explicar las características que los hacen únicos y para qué se utiliza cada uno de ellos.
El vidrio templado: características
Comenzaremos hablando del vidrio templado, que es un cristal que utiliza un vidrio monolítico o flotado como base al que se le aplican diferentes tratamientos. Gracias a estos tratamientos obtiene un nivel de resistencia mucho mayor al que poseía inicialmente, que es una de las principales características del vidrio templado.
En esos tratamientos se procura aumentar la plasticidad del material exterior. Justo después de hacerlo mediante una subida de la temperatura, se somete a un proceso de enfriado para conseguir un choque térmico. Y eso, además de ofrecerle más resistencia, permite que en caso de romperse se divida en trozos granulares que no cortan.
Cómo es el vidrio laminado
Por otra parte, si hablamos del cristal laminado hacemos referencia a uno compuesto por varias capas de vidrio unidas por una capa plástica a la que se fija el cristal. Esa capa, además de aumentar la resistencia del vidrio, permite que el cristal no se desprenda aunque se rompa. Y eso, al igual que con el vidrio templado, reduce el riesgo de lesiones y cortes si se produce una rotura. Como es lógico, cuantas más capas tenga el vidrio laminado más resistente y seguro será.
Diferencias y usos de cada uno
Como has podido ver, son vidrios que cuentan con unas características bastante similares. Y es por ello que son muy utilizados en construcción y decoración. Sin embargo, existen diferencias entre ellos. La principal tiene que ver con que si el vidrio necesita algún tipo de manufactura resultará mejor opción el templado, que es más resistente y flexible. Mientras que si lo que buscamos es un vidrio que no necesite manipulación adicional será mejor recurrir al laminado.
Por norma general, los usos más frecuentes del vidrio templado son los siguientes:
- Mamparas de baño.
- Paredes de cristal.
- Encimeras de cocina, mesas y estanterías.
- Chimeneas y lámparas.
- Barandas de cristal.
- Vitrinas y expositores.
Por su parte, el laminado suele usarse en muchas ocasiones. En la mayoría de casos para los siguientes fines:
- Escaleras de cristal.
- Escaparates de negocios.
- Fachadas acristaladas.
- Mesas, baldas y estanterías.
- Mamparas.
- Techos móviles y fijos.