La encimera de la cocina es uno de esos elementos de la casa que dado el gran uso que hacemos de ella siempre tiende a acumular suciedad y grasa.
La utilizamos para apoyar los utensilios de cocina, preparar diversas elaboraciones, partir el pan y otros alimentos… Esto hace necesario que la mantengamos siempre lo más limpia posible para eliminar posibles bacterias y dar un mejor aspecto a nuestra cocina en general.
No obstante, no todas las encimeras se deberán limpiar ni cuidar igual, dependerá en gran medida del tipo de material del que estén hechas. Por ejemplo, una encimera de madera requiere unos cuidados mucho más específicos que una de vidrio.
Claves para tener la encimera siempre a punto
No dejes que la grasa se seque
No dejes que la grasa se seque ya que podría incrustarse en el material. Limpiar la encimera a diario y después de cada uso es imprescindible para que ni la grasa ni otros restos de suciedad penetre en el material.
Ojo especialmente en aquellas encimeras de materiales porosos, ya que serán las más vulnerables a esto. Hablamos de materiales como el mármol, que exige la limpieza casi al momento de producir la mancha. En estas encimeras mejor evitar también el uso de productos ácidos como el limón, ya que le restan luminosidad a largo plazo. Siempre lo más recomendable es el uso de agua, jabón y bayeta.
Por el contrario, el material que mejor resiste este tipo de manchas es el vidrio, ya que una de sus grandes ventajas en el uso en la cocina es que no permite la penetración de ningún tipo de material líquido o graso.
En las encimeras de madera lo mejor será reducir al mínimo el uso del agua
Las encimeras de madera maciza ofrecen ambientes muy cálidos y familiares, pero tienen el gran inconveniente de requerir un mantenimiento más exhaustivo de lo habitual. Ante cualquier mancha, usaremos un trapo un poco húmedo y cada varios meses aplicaremos un aceite especial para mantener su brillo más tiempo.
Jabón neutro y agua
Puede ocurrirnos que no sepamos cómo limpiar nuestra encimera, especialmente si es nueva o de un material diferente al que estábamos acostumbrados.
En estos casos mejor no complicarse, ya que algunos productos químicos que prometen eliminar manchas y grasa a menudo son más corrosivos que la propia grasa, ya que además eliminan el brillo o dañan la capa más externa del material. Especialmente en materiales como silestone o los compactos, mejor optar siempre por el agua, el jabón y un estropajo o bayeta que no arañe la superficie pero que sirva para eliminar el jabón.
Espacio despejado
Aunque es tendencia colocar los utensilios de cocina y otras herramientas a la vista (siempre que estén bien colocados y en buen estado) para embellecer el aspecto de la cocina y darle un aspecto más hogareño y cálido, lo cierto es que tener tantas cosas encima nos puede dificultar las tareas de limpieza.
Por ello, si nuestra encimera tiende a ensuciarse con facilidad, lo más funcional será tener a mano sólo lo más imprescindible y guardar en cajones y armarios los utensilios que apenas utilicemos.
De esta forma será más cómodo y rápido limpiar este espacio.
Utiliza protectores
Existen muchas opciones y algunas de ellas muy llamativas y estéticas de proteger nuestra encimera de posibles manchas y rayajos. Por ejemplo, no podemos olvidar utilizar tablas de cortar siempre y cuando nos dispongamos a utilizar un utensilio de corte que podría poner nuestra encimera en peligro o vayamos a manipular alimentos grasientos o con colorantes.
Otra opción son los tapetes de vidrio y paneles de vidrio para proteger encimeras y mesas, que además de ofrecer un punto moderno a la cocina, es una solución práctica, económica y sencilla de mantener nuestra encimera siempre como el primer día.