Un arañazo que sea perceptible a la vista, una fisura, una buena raja o, directamente, que esté roto en varios pedazos. Esas son las peores pesadillas cuando hablamos del vidrio, un material cada vez más utilizado en nuestro día a día que, a pesar de ser muy resistente, también puede sufrir fisuras y roturas. Y la verdad es que pocas cosas sientan peor que echar un vistazo a alguno de los vidrios de nuestro hogar y descubrir que está dañado y ya no luce como nuevo.
Esto es algo que sucede a menudo, por ejemplo, en las placas vitrocerámicas. De ahí la importancia de elegir los mejores materiales para las cocinas con cristal, ya que de este modo no tendremos que lidiar con este tipo de problemas salvo que ocurra algún desastre. Y es que, como hemos dicho, pese a las propiedades del vidrio, nada te libra de un buen golpe o de los daños por una mala utilización. Te contamos todo lo que necesitas saber al respecto para evitar roturas y fisuras.
Principales causas de la rotura de un vidrio
Las principales causas para que aparezcan este tipo de fisuras o rayajos, e incluso nuestros objetos de vidrio se lleguen e rompen, suelen estar relacionados con un accidente o mala utilización. En el primero de los casos, por ejemplo, por un fuerte golpe que haga que aparezca una rotura irreparable. En el segundo, puede ser por múltiples cosas: someter el objeto a más presión de la que puede soportar, añadir demasiado peso, hacerle sufrir cambios bruscos de temperatura…
Para evitar este tipo de problemas, suele ser tan sencillo como tener cierto cuidado y aplicar la lógica a la hora de utilizarlos. Aunque también es muy importante ofrecerles un buen mantenimiento para comprobar que todo está como debería. Por normal general, este tipo de problemas aparecen con mayor frecuencia en los vidrios de gran superficie, los vidrios estructurales y los que forman parte de estructuras correderas. Así como las mesas y los objetos decorativos.
En algunos casos, también es posible que nuestros vidrios puedan romperse o sufran grietas sin que hayamos hecho nada. Esto se suele deber, principalmente, a que se trataba de un material de baja calidad en su fabricación o al temido choque térmico. Estas últimas tienen lugar cuando se somete un vidrio a diferentes temperaturas que originan un salto térmico importante hasta el punto de que se generan grietas o fisuras.
Consejos de mantenimiento
Al igual que sucede con otros productos, realizar un buen mantenimiento de nuestros vidrios puede ser un factor fundamental para evitar que aparezcan desperfectos en él. Además de contar con un material que sea de la suficiente calidad. En este sentido, te ofrecemos algunos consejos para que mantengas tus vidrios siempre como nuevos:
- Limpieza: procura limpiar tus vidrios, tanto por fuera como por dentro. Ser constantes con la limpieza harán que luzcan mejor y nos permitirán percatarnos al instante si aparece cualquier tipo de defecto.
- Productos: para las tareas de limpieza puedes utilizar agua con jabón, decidirte por el agua destilada o utilizar vinagre blanco. Incluso si quieres conseguir más brillo extra puedes recurrir a la pasta de dientes.
- Calidad: para garantizar que nuestra inversión en estos cristales sea duradera, lo mejor es apostar por materiales de alta calidad y evitar así tener que lidiar con fisuras y desperfectos.